En tu regreso de Iraq

Celebrando el ansiado regreso de Ramiro


Desde montes y altos valles

admiro sinceramente

y saludo al más valiente

soldado que aquellas calles

de Fallujah fieramente

bajo un fiero sol ardiente

patrulló incesantemente:

¡Roldán el de Roncesvalles!


Hubo otro Roldán guerrero

cuya patria defendía.

Triunfante el pendón blandía

aquel gran aventurero.


Al nuevo Roldán admiro

pues muestra su gran valor

luchando allá en el calor

¡Qué grande es este Ramiro!


Aquí mis saludos van

al hermano más querido

¡Mi teniente preferido!

¡El gran Ramiro Roldán!