Abuelo

A mi abuelo Toribio, Mi segundo padre


¡Te has ido y me dejaste con tu ausencia!  

Emprendiste triunfante ya tu vuelo  

con destino final, allá en el cielo,  

mas yo añoro el calor de tu presencia.  


¡Mucho pude aprender de tu experiencia!  

Mil consejos me diste con tal celo,  

que siendo para mí, padre y abuelo,  

tu ejemplo yo reclamo como herencia.  


El saber que te encuentras en la gloria,  

disfrutando del cielo la belleza,  

alivia mi pesar y mi tristeza.


Bellísimo consuelo es tu memoria, 

 y de nuevo descanso en tus rodillas, 

escuchando, de España, maravillas.  


Febrero 1995